Las camisas formales para hombre se convirtieron en una especie de segunda piel, en una extensión de ella. No solo porque la oferta sigue creciendo a pasos agigantados, aumentando su asequibilidad ante una demanda de consumidores tan variados entre sí; también porque las telas con las que están confeccionadas las hacen cada vez más gráciles. A veces ni se siente vestir una, como si lo que envolviera el torso fuera un velo. Además, esta prenda reservada anteriormente para las clases más altas se sigue consolidando en todo tipo de nichos y estratos.

El uso de estas prendas tal como las conocemos actualmente, comenzó siendo un distintivo de clase y un símbolo de poder adquisitivo con puños y cuello tras su popularización en la Inglaterra del siglo XIX. Con el pasar de los años se convirtió en un elemento imprescindible del armario masculino. Tanto por un asunto de moda como por un tema social, sobre todo en países como Colombia, donde vestir esta prenda a principios de siglo XX, por ejemplo, servía como carta de presentación e inspiraba confianza y honorabilidad.

Especialmente desde este siglo, las camisas formales hombre dejaron de pertenecer exclusivamente a los mundos laborales y a los más tradicionales eventos sociales, para así afianzarse como una prenda más versátil y transversal, adecuada también para vestir en escenarios insospechados en el pasado, para lucir junto con unos jeans y unas zapatillas deportivas, y hasta para usarla con bermuda y mocasines en playas y por las calles de ciudades calurosas. Su aspecto rígido de otros tiempos mutó hasta ser vista desde hace un tiempo como una prenda cómoda y para cualquier día de la vida.

Incluso la forma de llevarla puesta se ha convertido en un mundo de posibilidades. Ahora cada uno decide cómo amoldarla a su cuerpo, quizá como una expresión de personalidad y de acuerdo con lo que se busca mostrar y ocultar. Los pequeños detalles usándola, más allá del diseño y los colores, son los que a la larga terminan reflejando una identidad: si va por dentro, remangada, sin algunos botones superiores en sus ojales, completamente desabotonada sobre una camiseta, abotonada hasta el cuello; y con o sin corbata, corbatín, pañuelo, tirantas, pines, broches, barras y mancornas.

Son detalles tan elocuentes que incluso una persona podría perfectamente contar con una sola camisa en su armario, pero al variar cada día la forma de llevarla, dará la impresión de cambio en el outfit. Esta característica favorece incluso a aquellos como Barack Obama, ex presidente de Estados Unidos, y como el director de cine Christopher Nolan, quienes siempre usan un mismo conjunto de ropa —que incluye camisas formales hombre— para evitar el desgaste de elegir cada día qué vestir, tal como lo hacía el físico alemán Albert Einstein.

Los tradicionales códigos de vestimenta chocan con ciertas personalidades, pero este tipo de prenda, por universal y cómoda, transa la genuina insatisfacción de algunos a tener que vestirse de acuerdo con unos lineamientos sociales. El mencionado Einstein, por ejemplo, encontraba en la elegancia un recurso en el propósito impuesto de encajar, antes de volver a la privacidad de su casa en Caputh, Alemania para, muchas veces, trabajar con el torso descubierto. Este tipo de ropa es incluyente. Cobija y protege incluso a aquellos indiferentes de la moda.

Que lo diga Dale Irby, un profesor de primaria en Texas, Estados Unidos, que en 2013 se hizo famoso por haber vestido igual durante sus cuarenta años trabajando en la misma institución. Ya pensionado, publicó en sus redes sociales un mosaico con las fotos, tipo documento, que le tomaron al principio de cada año escolar. Su semblante alegre, los cuellos blancos de poliéster sobre chaleco marrón y su particular historia se volvieron tan virales que el periódico Dallas Morning News escribió sobre él en junio del 2013 y muchos medios internacionales replicaron la curiosa información.

Este tipo de ropa habita en el armario de muchos de los más apáticos de la moda. Incluso en el de muchos con poca capacidad adquisitiva, pues ahora es mucho más asequible que en otros siglos. Cada vez hay menos excusas para no tener al menos una en el clóset. La versión hispana de la revista GQ, por ejemplo, recomendaba en 2019 que un hombre debía tener, al menos, cuatro blancas en sus estantes. En 2020 sugirió que al menos siete de distintos diseños debían estar en el fondo de armario ideal compuesto por, al menos, 37 prendas de ropa.

Pero lo esencial, antes de cumplir con esta cantidad ideal, es identificar el estilo propio, considerando aspectos básicos como corte, cuello, puños, colores y texturas. Camisería Europea, además de otros productos similares, ofrece más de setenta camisas formales hombre, en moldería slim y clásica, con distintos diseños y colores, y divididas en tres categorías: tipo Oxford, compatibles con corbatas y corbatines; con rayas, muchas de ellas llenas de sutiles detalles distintivos en los cuellos, los puños y los botones; y de un solo fondo, perfectas para cualquier ocasión.

Están hechas en una mezcla de algodón y poliéster, con telas importadas de países como India, China, Holanda y Turquía; y confeccionadas por mano de obra colombiana y desde fábricas situadas en el corazón de la zona cafetera del país. Además, están entre las más económicas del mercado. Ninguna de estas prendas supera los cuarenta mil pesos, y se pueden adquirir no solamente virtualmente, sino en cualquiera de los cuarenta puntos de venta repartidos en once municipios de siete departamentos de Colombia.

Un solo producto ha inspirado una abundante cantidad de estilos, con la única intención de que en los puntos de venta tengan cabida todo tipo de clientes: amantes de la etiqueta, minimalistas, conservadores, joviales, prácticos, recatados, y hasta aquellos contestatarios de lo establecido que usan camisas formales para hombre, pero a su manera para silenciosamente, transgredir una costumbre. Que el cliente se sienta representado y encuentre un diseño que comunique el mensaje que su carácter busca expresar, es parte esencial de esta empresa de más de 30 años.

Para adquirir los mejores modelos de camisa, visiten nuestra tienda en línea para conocer nuestro amplio catálogo de productos que se ajustan a cualquier tipo de outfit. Si requieren más información o asesoría vía telefónica al 315 757 0399 o al correo electrónico atencionalcliente@camiseriaeuropea.com.